Preguntas frecuentes sobre la instalación de caldera

Ahorro calefacción

15 sencillos consejos y trucos para ahorrar en calefacción

La calefacción puede suponer un gasto considerable, llegando a representar más del 70% del consumo energético total del hogar. Sin embargo, existe un gran potencial de ahorro. Hay numerosas formas de reducir eficazmente la factura de la calefacción en cualquier tipo de vivienda, incluso sin necesidad de cambiar el sistema por completo. Descubre a continuación los mejores consejos para lograrlo.

Ahorra energía en la calefacción con la temperatura adecuada

¿Quieres reducir tu factura de calefacción? La clave está en el termostato. Utiliza la calefacción de forma consciente y solo cuando es necesario. No olvides que bajar la temperatura un grado puede suponer un ahorro de hasta un 6% en tu consumo.

La temperatura es clave para tu confort. Aunque mantener una temperatura entre 20 y 23 °C suele ser agradable para la gran mayoría, usar la calefacción de manera uniforme resulta ineficiente desde el punto de vista energético. Lo ideal es ajustar la temperatura de cada estancia según su uso, manteniendo un rango óptimo de entre 16 y 23 °C, así evitas pasar frío, pero también la posible aparición de moho. Puedes reducir el consumo energético ajustando la temperatura de cada estancia según su uso y la temperatura recomendada, lo que resulta fundamental para mantener un ambiente térmico equilibrado. Por ejemplo, en salones, despachos o cuartos infantiles, la temperatura ideal es de 20-22 °C. En el baño, por su humedad, se puede subir hasta los 23 °C para una mayor sensación de confort. En cambio, estancias como la cocina, los dormitorios, pasillos o habitaciones de poco uso pueden mantenerse perfectamente entre los 17 y 18 °C. Como regla general, nunca bajes de 16 °C para prevenir problemas de humedad y elevados costes energéticos que supone volver a calentar una estancia desde cero.

Ahorrar en calefacción

Ajusta correctamente el termostato y ahorra en calefacción

Comprender el funcionamiento de los termostatos de tus radiadores es esencial para reducir el consumo. Los números en el termostato no indican la velocidad de calentamiento de una estancia, sino la temperatura deseada. Muchos cabezales termostáticos tienen niveles numéricos como guía: por ejemplo, el nivel 1 suele corresponder a unos 11-12 °C, el 2 a 15-16 °C, el 3 a 20 °C, el 4 a 23-24 °C y el 5 al máximo, aproximadamente 28 °C. Sin embargo, estas equivalencias pueden variar según el fabricante y el modelo, por lo que es recomendable consultar el manual del equipo para conocer su escala exacta. Ten en cuenta que la ubicación del radiador puede hacer que la temperatura real de la estancia varíe ligeramente respecto a estos valores. Como referencia, el nivel 3 suele ser suficiente para un confort ideal en la mayoría de las estancias. Evita usar los niveles 4 y 5: poner la calefacción al máximo no acelera el proceso, solo sobrecalienta la estancia y aumenta el gasto energético.

Tu calefacción es más eficiente si funciona de manera constante, sin altibajos. Mantén la misma configuración en los termostatos durante el día y evita los cambios bruscos de temperaturaron, ya que esto obliga al sistema a trabajar más. Esto es particularmente importante si dispones de suelo radiante, ya que puede tardar hasta tres horas en responder, o si resides en una vivienda antigua con techos altos y poco aislamiento, donde el calor se pierde con rapidez. Un último consejo: ajusta la temperatura una hora antes de irte a la cama. Los radiadores mantendrán la emisión del calor acumulado, optimizando tu consumo energético hasta el último instante.

¡Mantener una temperatura constante permite que el sistema de calefacción funcione de manera más eficiente!

Ajusta la calefacción por la noche y en estancias sin uso

En lugar de encender y apagar la calefacción varias veces al día, es mucho más eficiente reducir unos grados por la noche o en estancias que no usas habitualmente. Aunque esta acción parezca insignificante, su impacto en la factura puede ser considerable. Para optimizar aún más el sistema, es posible programar una reducción de la temperatura del agua de impulsión (entre 5 y 8 °C), evitando así que el sistema trabaje a plena potencia innecesariamente. La clave es que la calefacción se ajuste a tus horarios y rutinas reales.

Bajar manualmente la temperatura en las estancias durante la noche, ajustando cada termostato a niveles bajos (1 o 2), lo que suele corresponder a unos 14 °C, es una estrategia efectiva. También conviene bajar aún más los radiadores aproximadamente una hora antes de acostarte, ya que seguirán emitiendo calor residual un tiempo tras apagarse. Esta práctica resulta especialmente rentable en viviendas con aislamiento menos eficiente, donde el calor se pierde rápidamente.

Aunque pueda parecer una forma sencilla de ahorrar, apagar por completo la calefacción en invierno no es la opción más eficiente. Restablecer la temperatura en una estancia que ha perdido completamente su temperatura implica un mayor consumo de energía y, generalmente, un coste superior al de mantener una temperatura mínima constante. Además, mantener una temperatura adecuada durante el invierno es esencial para evitar la formación de moho. Conviene dejar el termostato en funcionamiento con una temperatura mínima constante que garantice que la vivienda no se enfríe demasiado. Esto ayuda a conservar una temperatura mínima que previene la congelación de las tuberías cuando las temperaturas exteriores descienden por debajo de cero grados. En los meses de verano, la calefacción puede desactivarse totalmente o conservarse en funcionamiento solo para el suministro de agua caliente.

Otra forma eficaz de reducir los costes de calefacción es calentar únicamente las estancias que utilizas con regularidad y mantener las estancias de uso ocasional a una temperatura moderada. En lugar de calentar toda la vivienda, por lo general es óptimo e idóneo definir qué zonas necesitan calefacción y mantener solo una o dos estancias confortables. En las estancias que menos frecuentas, puedes reducir la temperatura hasta unos 12 °C, lo que equivale al nivel 1 del termostato. Es esencial cerrar las puertas de estas estancias para conservar el calor en su interior y evitar la pérdida de calor no deseada entre estancias. Esta pérdida ocurre cuando el aire caliente y húmedo de las estancias climatizadas se desplaza hacia las más frías, lo que favorece a largo plazo la aparición de moho.

Mantener la calefacción en estancias vacías supone un gasto innecesario de energía y costes. Por ello, una calefacción eficiente requiere bajar la temperatura durante ausencias prolongadas, ya sean diarias o por vacaciones, una acción que, al configurar el termostato, puede generar importantes ahorros en la factura.

Ahorra en calefacción con termostatos programables e inteligentes

La eficiencia de un sistema de calefacción depende fundamentalmente de la implementación de sistemas de control. La instalación de un termostato individual en los radiadores de las estancias permite una regulación precisa de la temperatura, ajustada a los patrones de uso y a las necesidades de confort. El resultado es un ahorro energético significativo que notarás directamente en tus facturas.

Válvulas termostáticas Bosch

La sustitución de termostatos convencionales por modelos programables e inteligentes es una medida de alta eficiencia para optimizar el consumo en calefacción. Estos dispositivos permiten una regulación precisa de la temperatura y la definición de horarios, adaptando la calefacción a las necesidades reales del usuario, como calentar el baño por la mañana o el salón por la tarde. Los sistemas inteligentes ofrecen funcionalidades avanzadas, como la modulación automática de la temperatura en caso de ausencia, periodos nocturnos o detección de ventanas abiertas, maximizando el ahorro energético al diferenciar entre días laborables y fines de semana. Para garantizar su eficacia, es fundamental un correcto funcionamiento y configuración. Un dispositivo que funciona de manera incorrecta puede provocar un incremento considerable de consumo y costes, por lo que se recomienda una revisión profesional ante cualquier anomalía. En conclusión, la instalación de termostatos modernos representa una inversión rentable que no solo eleva el nivel de confort, sino que también genera un ahorro energético y contribuye a la sostenibilidad.

Mantén los radiadores despejados, purgados y limpios

Para que la calefacción funcione de manera eficiente, es fundamental que los radiadores estén en buen estado y completamente despejados. La presencia de cortinas, muebles u objetos decorativos puede impedir una distribución adecuada del calor en la estancia, lo que puede afectar significativamente el rendimiento del sistema de calefacción. Además, al bloquear la salida de calor, la temperatura real en la estancia puede no coincidir con la que detecta el termostato. Es esencial dejar un espacio libre alrededor de los radiadores para garantizar una correcta circulación del aire caliente. Se recomienda mantener una separación mínima de 5 a 15 cm en los laterales respecto a muebles, cortinas u otros objetos cercanos, para permitir que el aire caliente fluya sin obstáculos. Respecto al espacio frontal, es recomendable intentar mantener una distancia de 20 a 30 cm para que el sistema funcione a pleno rendimiento. Si la vivienda dispone de suelo radiante, es importante evitar cubrirlo con muchas alfombras o muebles pesados, ya que estos elementos pueden bloquear la propagación del calor y reducir la eficiencia del sistema. A la hora de decorar el radiador, debe haber un equilibrio entre estética y funcionalidad. Es crucial que haya un buen flujo y distribución del calor, para que no se conviertan en un obstáculo que reduzca la eficiencia del sistema de calefacción. La limpieza también es fundamental, ya que el polvo acumulado en las lamas y detrás del radiador actúa como un aislante que reduce su rendimiento, por lo que limpiarlos con regularidad mejora la eficiencia y te ayuda a ahorrar energía.

Si al encender la calefacción notas que el radiador no se calienta de manera uniforme o escuchas un sonido de burbujeo, es probable que haya aire atrapado en el interior del sistema. Este aire impide la circulación adecuada del agua caliente, afectando su eficiencia.

Para purgar un radiador correctamente, en primer lugar apaga la calefacción y espera a que el sistema se enfríe completamente, evitando así posibles quemaduras y permitiendo que el aire se concentre en la parte superior del radiador. Coloca un recipiente o paño debajo de la válvula para evitar que el agua derramada cause daños. Utiliza una llave de purga para abrir la válvula girándola en sentido antihorario. Notarás un silbido mientras el aire se expulsa. Cuando el agua comience a salir de forma continua, cierra la válvula.

No obstante, hay diversas causas que pueden impedir que un radiador funcione correctamente, como una presión inadecuada en el sistema de calefacción, una válvula del termostato mal regulada o la necesidad de rellenar el circuito de agua. Para obtener información detallada sobre cómo identificar y solucionar estos problemas, consulta nuestro servicio de mantenimiento.

Optimiza la calefacción cerrando puertas, persianas y mejorando el aislamiento

Las ventanas son uno de los principales puntos de fuga de calor, especialmente durante la noche. Para reducir esta pérdida, se recomienda bajar completamente las persianas y correr las cortinas, creando una barrera aislante adicional que mejora la eficiencia energética del hogar. Es esencial comprobar que las puertas y ventanas estén bien selladas, especialmente en edificios antiguos. Puedes detectar fácilmente las fugas de aire con una vela: si la llama parpadea cerca del marco, hay una corriente. Para solucionarlo, renueva las juntas desgastadas con burletes o cintas aislantes, una solución muy eficaz contra la entrada de aire frío. Sin embargo, para un resultado óptimo y duradero, lo más recomendable es que un técnico especializado realice un sellado hermético profesional. Estas medidas preventivas eliminan las infiltraciones de aire, optimizan el consumo energético y generan un ahorro económico significativo.

Ahorra en costes de calefacción en invierno con una ventilación eficiente

Durante el invierno, muchos sistemas de calefacción operan de forma continua. Es importante encontrar el equilibrio adecuado entre la calefacción y la ventilación para lograr un ahorro energético significativo. Renovar el aire en el interior de la vivienda es esencial para mantener los niveles adecuados de oxígeno y eliminar el exceso de humedad acumulada. El proceso de ventilación debe realizarse minimizando las pérdidas térmicas. En invierno, conviene adaptar nuestros hábitos de ventilación respecto al verano: mientras que en verano es recomendable evitar que entre aire cálido y húmedo durante el día, en invierno el aire exterior, al ser más frío y seco, resulta ideal para renovar el aire en estancias climatizadas sin generar un contraste térmico excesivo que obligue a aumentar la calefacción.

La calefacción sola no basta: sin una ventilación adecuada, el exceso de humedad y los contaminantes se acumulan en el interior de la vivienda, empeorando la calidad del aire y el confort. Además, esto favorece la condensación, que se manifiesta como gotas de agua en superficies frías como cristales o paredes. Si esta humedad no se detecta ni se ventila, puede acabar provocando moho, lo cual resulta perjudicial para la salud.

Las ventanas, al ser de las superficies más frías de una vivienda, son las primeras en evidenciar la humedad. Cuando el vapor del aire interior se condensa, es frecuente ver gotitas en los cristales, lo cual indica que es necesario ventilar la estancia. Para monitorizar el nivel de humedad en la vivienda, también se puede utilizar un higrómetro. Algunos reguladores de calefacción, como el Bosch EasyControl, incluyen sensores integrados de humedad, además de medir la calidad del aire, lo que añade precisión y detalle a la regulación térmica.

Ventilar correctamente ayuda también a eliminar olores en el hogar y a crear un ambiente más agradable. Renovar el aire interior mejora tanto el bienestar como el descanso, fortaleciendo tus defensas y promoviendo una mejor sensación general. Para quienes padecen alergias al polen, ácaros o pelos de mascotas, un purificador de aire puede resultar muy beneficioso, ya que estos dispositivos filtran partículas, reducen olores persistentes y mejoran la calidad del aire interior.

Para mantener un confort eficiente, la renovación del aire debe ser breve y efectiva, minimizando la pérdida de calor. Se recomienda ventilar entre tres y cuatro veces al día mediante la apertura completa de las ventanas, lo que se conoce como ventilación cruzada si se abren en lados opuestos de la vivienda. Durante este proceso, que dura entre 5 y 10 minutos en invierno y de 15 a 20 en estaciones intermedias, se deben apagar los radiadores para evitar un consumo innecesario. No obstante, en sistemas de suelo radiante no es preciso modificar la temperatura, ya que su respuesta es mucho más lenta. Esta práctica asegura una renovación del aire eficaz sin comprometer la eficiencia energética del sistema de calefacción.

Consejos para ahorrar en calefacción

La correcta renovación del aire requiere un método de ventilación adaptado a cada estancia. Los dormitorios deben ventilarse principalmente por la mañana y por la noche. Por otro lado, en salones, despachos y habitaciones infantiles se recomienda una ventilación repartida a lo largo del día. En estancias húmedas, como baños y cocinas, la ventilación debe realizarse inmediatamente después de su uso, manteniendo las puertas cerradas para impedir que la humedad se traslade a otras estancias. Durante el verano, y para prevenir la condensación, la ventilación debe limitarse a las horas nocturnas o a los días de menor temperatura exterior. Los sótanos sin climatizar presentan una situación particular.

Es fundamental no dejar las ventanas entreabiertas de forma permanente con la calefacción encendida. Esta práctica provoca una entrada constante de aire frío que obliga al sistema a trabajar a máxima potencia para compensar la pérdida de calor, lo que dispara el consumo energético.

Instalar un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperación de calor es una solución altamente eficiente para mantener la calidad del aire interior sin abrir ventanas. Este sistema renueva el aire sin perder calor, precalentando el aire fresco entrante con la energía del aire extraído. Aunque menos conocido, es una de las estrategias más efectivas para reducir el consumo de calefacción y mantener una temperatura interior constante.

Ahorra en calefacción reduciendo el consumo de agua caliente

El sistema de calefacción debe garantizar el suministro de agua caliente durante todo el año, incluso cuando no se utilice para calefacción. Sin embargo, muchos hogares desconocen el impacto económico de este consumo. Reducir el uso diario de agua caliente en actividades como ducha, lavar las manos o fregar los platos implica que el sistema requiera menos energía para calentar el agua, lo que se traduce en un ahorro tanto en calefacción como en agua caliente. Si utilizas termos eléctricos, este ahorro será aún más evidente en tu factura de electricidad.

Reducir los costos de calefacción mediante el ahorro de agua caliente

Contar con un sistema moderno y eficiente para la producción de agua caliente sanitaria (A.C.S.) puede reducir significativamente los costes de calefacción. Las energías renovables, como la energía solar térmica o las bombas de calor, pueden cubrir total o parcialmente la demanda de A.C.S., disminuyendo la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de CO₂. Otra opción muy efectiva es instalar un depósito de agua caliente con un aislamiento de alta calidad, que minimiza las pérdidas de calor y, por tanto, la energía necesaria para mantener el agua a la temperatura deseada.

Optar por un sistema de agua caliente instantáneo es una decisión muy eficiente, ya que elimina las pérdidas térmicas asociadas a los depósitos de acumulación. Al calentar el agua únicamente bajo demanda, se reduce significativamente el consumo energético. Además de la tecnología, cambiar pequeños hábitos puede generar ahorros. Por ejemplo, ajustar la ducha a 36 °C en lugar de a 40 °C reduce el consumo energético en un 20%. También es clave reducir el tiempo bajo el agua: cada minuto menos son unos 15 litros que te ahorras. De hecho, acortar una ducha de 10 a 5 minutos y cerrar el grifo al enjabonarte puede suponer un ahorro de hasta 75 litros en cada ducha.

La instalación de cabezales de ducha de bajo consumo es una medida muy efectiva para reducir el uso de agua caliente sin comprometer el confort. Estos sistemas están diseñados para mantener la presión disminuyendo el caudal, lo que reduce directamente la demanda energética para la producción de A.C.S.

De forma complementaria, los limitadores de flujo (dispositivos que se acoplan fácilmente a la grifería) mezclan aire con el agua para disminuir el caudal sin afectar a la sensación de presión. La combinación de un cabezal de bajo consumo con estos limitadores permite una reducción sustancial del consumo de agua y energía, promoviendo un hogar más sostenible y económico. Es importante seleccionar el modelo compatible con el diámetro de cada grifo para garantizar su correcto funcionamiento.

Ahorra en calefacción con tu chimenea

En muchas viviendas unifamiliares, las chimeneas de leña son mucho más que un elemento acogedor: son una fuente de calor eficiente y económica. Al liberar el calor directamente en la estancia, proporcionan un confort inmediato y permiten reducir el uso del sistema de calefacción principal. Los modelos modernos de chimeneas de leña han mejorado notablemente en eficiencia. Algunos integran sistemas hidráulicos que contribuyen a la producción de agua caliente sanitaria (A.C.S.) para toda la vivienda. Estos sistemas no solo optimizan el rendimiento térmico, sino que también aumentan la independencia energética al disminuir la dependencia de combustibles fósiles. En la actualidad, la madera continúa siendo uno de los combustibles más económicos para la calefacción. Su precio es estable y generalmente inferior al de otras fuentes de energía como el gasóleo, el gas natural o la electricidad, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes buscan reducir sus costes energéticos.

Instalar una chimenea puede ser sencillo si ya dispones de un conducto de humos, pero es crucial planificar bien su integración como sistema de apoyo a la calefacción. Para dimensionar correctamente el equipo y asegurar que funcione en armonía con tu sistema actual, lo más recomendable es buscar asesoramiento profesional. Si dispones de una chimenea antigua, considera sustituirla por un modelo más moderno y eficiente para maximizar el ahorro.

El rendimiento de tu chimenea depende directamente de la leña que utilices. Es fundamental usar únicamente madera bien seca, almacenada al menos durante dos años. La leña húmeda apenas genera calor, genera más residuos y es peligrosa porque puede atascar la chimenea. Para conservar la leña en óptimas condiciones, guárdala en un lugar seco y ventilado, separada del suelo. Por último, comprar leña a proveedores locales y en grandes cantidades suele reducir significativamente el coste.

Reducir los costos de calefacción utilizando una chimenea como fuente de calor adicional en el hogar

Ahorra en calefacción reduciendo el consumo de agua caliente

Reducir los costos de calefacción mediante el ahorro de agua caliente

Si cuentas con calefacción eléctrica en tu hogar, es esencial utilizarla de forma eficiente para reducir tanto el consumo energético como los costes asociados. Los sistemas por infrarrojos constituyen una alternativa energéticamente eficaz, ideal para cubrir necesidades térmicas complementarias y reducir el consumo eléctrico. La radiación térmica que generan proporciona un confort inmediato y elevado. Además, configurando correctamente el sistema, lograrás que el radiador eléctrico se desconecte en el momento adecuado, evitando el desperdicio de energía.

Otra opción muy eficiente es la calefacción por acumulación. Estos sistemas optimizan el coste energético al almacenar calor en bloques cerámicos durante los periodos de tarifa eléctrica reducida, habitualmente por la noche. Posteriormente, liberan ese calor de forma gradual a lo largo del día, manteniendo una temperatura constante sin necesidad de consumir energía durante las horas de mayor coste.

Ahorra en calefacción en pisos de alquiler

Para reducir los gastos de calefacción en una vivienda de alquiler, es fundamental revisar detalladamente todos los conceptos de la facturación anual del sistema de calefacción. Esta puede incluir conceptos como la lectura de contadores, el consumo eléctrico del propio sistema, el mantenimiento o los costes de gestión, servicios que el propietario suele contratar a empresas externas.

Si detectas cargos que no corresponden o conceptos que no están claramente especificados, contacta con el propietario de la vivienda. Asimismo, es imprescindible que el contrato de alquiler establezca de manera clara qué gastos corresponden a cada parte, con el fin de evitar posibles inconvenientes.

Cambiar de proveedor de servicios de electricidad, gas, gasoil o leña puede ser una forma sencilla y muy eficaz de reducir tus costes de calefacción. No dudes en comparar precios entre diferentes compañías y proveedores para asegurarte de que tienes la mejor oferta.

Si el contrato del gas está a tu nombre, puedes gestionar el cambio directamente con el nuevo proveedor. Si está a nombre del propietario, primero tendrás que hacer un cambio de titularidad. Antes de cancelar tu contrato actual, revisa bien la fecha de vencimiento para evitar penalizaciones. Además, si usas gas, valora cambiar a un proveedor que ofrezca biogás 100% renovable. Al ser una energía limpia producida a partir de residuos orgánicos, te permitirá evitar el sobrecoste asociado al precio del CO₂.

El primer paso para reducir tu factura de calefacción es conocer y evaluar tus gastos energéticos. Una forma sencilla de hacerlo es comparar tu consumo con los valores estándar para una vivienda como la tuya. La antigüedad del edificio es un factor clave. A continuación, se presentan los rangos aproximados de consumo energético anual por metro cuadrado (kWh/m²) según el año de construcción:

  • Viviendas construidas antes de 1980: 200 - 300 kWh/m² al año.
  • Viviendas construidas entre 1980 y 1990: 125 - 200 kWh/m² al año.
  • Viviendas construidas entre 1990 y 2000: 90 - 125 kWh/m² al año.
  • Viviendas construidas después de 2000: 25 - 90 kWh/m² al año.

Ten en cuenta que estos valores son orientativos. Para calcular el coste estimado, multiplica el consumo de referencia por los metros cuadrados de tu vivienda y el precio de tu energía. Si el resultado es muy inferior a tus facturas reales, es una señal clara de que tienes un margen de mejora importante. Si tu sistema de calefacción es digital, aprovecha las herramientas de monitorización para controlar tu consumo fácilmente y tomar decisiones informadas para reducirlo.

Revisión y mantenimiento óptimo del sistema de calefacción

Para garantizar la máxima eficiencia y un ahorro energético significativo, es fundamental realizar el mantenimiento del sistema de calefacción. Esto permitirá detectar desgastes, evitar posibles averías costosas y asegurar un funcionamiento óptimo del sistema. Es importante considerar los siguientes factores:

  • Mantenimiento anual: Un técnico debe realizar una revisión completa que incluya la limpieza de componentes, la comprobación de la presión del sistema y la calibración de los termostatos para garantizar que todo funciona a la perfección.
  • Equilibrado hidráulico: Si notas que algunos radiadores calientan menos que otros (incluso después de purgarlos), la solución es un equilibrado hidráulico. Este ajuste profesional asegura que cada radiador reciba el caudal de agua caliente justo, logrando un calor uniforme en toda la vivienda y reduciendo el consumo.
  • Modernización de la bomba de circulación: En sistemas antiguos, la bomba de circulación es una gran consumidora de electricidad. Sustituirla por un modelo moderno de alta eficiencia es una inversión que se amortiza rápidamente, ya que estas bombas inteligentes ajustan su potencia a la demanda real, evitando el gasto innecesario.
  • Ajuste de la curva de calefacción: La configuración de fábrica de los sistemas de calefacción suele ser ineficiente. Para optimizar el rendimiento, es fundamental que un técnico cualificado calibre la "curva de calefacción", un parámetro que regula de forma inteligente cuándo y con qué intensidad debe trabajar el equipo. Este ajuste se personaliza según las características de la vivienda y las necesidades de confort, pudiendo generar un ahorro energético de hasta un 15% al garantizar un confort ideal con el mínimo consumo. La funcionalidad de cambio estacional (verano/invierno) es gestionada de manera autónoma en los equipos modernos a través de un sensor de temperatura externo.

La reducción de los costes de calefacción depende de una correcta calibración de todos los parámetros del sistema. Para garantizar un confort térmico óptimo con la máxima eficiencia energética, es imprescindible contactar con un profesional certificado.

Sácale el máximo partido a tu caldera de condensación y ahorra

Si tienes una caldera de gas, el sistema de condensación es una excelente opción para reducir el consumo, sobre todo si la combinas con energías renovables. No obstante, para maximizar la eficiencia, es imprescindible verificar el correcto funcionamiento del proceso de condensación, un factor técnico que a veces pasa por alto.

Para que tu caldera funcione de forma eficiente, un profesional certificado debe asegurar estas tres condiciones clave: que la temperatura del agua no supere los 55 °C, que la curva de calefacción esté correctamente ajustada y que se haya realizado un equilibrado hidráulico del sistema. Si observas que sale una columna de vapor del tubo, es una señal de que tu caldera no está funcionando de manera eficiente. En este caso, es recomendable contactar a un técnico especializado para que pueda identificar y solucionar el problema.

Moderniza tu vivienda antigua y reduce tu factura de calefacción

Modernizar energéticamente una vivienda antigua permite un ahorro significativo en calefacción. El mayor potencial de ahorro está en el aislamiento térmico de la fachada, aunque también se logran grandes mejoras aislando los nichos de los radiadores para evitar fugas de calor. Además, sustituir las ventanas antiguas por modelos modernos y bien aislados es una medida clave para reducir los costes energéticos.

El aislamiento de las tuberías de calefacción constituye otra medida de alta eficiencia energética. Si las tuberías no cuentan con aislamiento y atraviesan zonas frías de la vivienda, como sótanos o espacios no calefactados, gran parte del calor se disipa antes de llegar a los radiadores. Si observas que tu sótano conserva una temperatura cálida durante el invierno, esto constituye una clara evidencia de que estás teniendo pérdidas térmicas (y económicas) innecesarias.

Renueva tu vivienda antigua y reduce tu factura de calefacción

Contactar a un profesional certificado es una estrategia muy eficaz para reducir los costes de calefacción. Este experto analizará la eficiencia energética de tu vivienda y te recomendará las medidas de ahorro más efectivas, identificando focos importantes como un aislamiento inadecuado o infiltraciones de aire en la cubierta para proponerte las soluciones más rentables.

El asesoramiento de una empresa o profesional es crucial antes de hacer cualquier inversión. Un diagnóstico previo es clave para garantizar la máxima eficiencia y rentabilidad en proyectos como la rehabilitación de fachadas, la reforma de cubiertas o la sustitución del sistema de climatización.

El asesoramiento profesional sobre ahorro y modernización energética se fundamenta en una evaluación detallada. Este análisis integral abarca diversos aspectos, incluyendo los datos de construcción, el estado de ventanas, puertas, paredes y tejados, así como las pérdidas térmicas y las necesidades de confort. Además, se realiza un diagnóstico técnico de los sistemas de calefacción y producción de agua caliente sanitaria (A.C.S.).

Moderniza tu sistema de calefacción y ahorra costes

La renovación de un sistema de calefacción con una antigüedad superior a 15 o 20 años representa un considerable potencial de ahorro a largo plazo. Los sistemas eficientes actuales se basan en la tecnología de condensación, a menudo hibridada con energías renovables y control inteligente. La sustitución de una caldera obsoleta de gas o gasóleo por una solución híbrida puede generar un ahorro energético y económico de aproximadamente el 30%. De forma alternativa, la transición a tecnologías como la bomba de calor garantiza un funcionamiento económico y sostenible en el largo plazo.

Si estás pensando en renovar tu sistema de calefacción, en Junkers Bosch te lo ponemos fácil y te acompañamos en todo el proceso. Utiliza nuestra herramienta digital para solicitar un presupuesto personalizado y gratuito en pocos minutos. Un instalador certificado de nuestra red se pondrá en contacto contigo para asesorarte y ofrecerte la mejor solución para tu hogar. Además, para que la inversión no sea un problema, te damos acceso a nuestras exclusivas opciones de financiación, permitiéndote pagar tu nuevo sistema de climatización en cómodas cuotas y sin preocupaciones.

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Calefacción eficiente con la tecnología y servicios de Junkers Bosch

Renueva tu vivienda antigua y reduce tu factura de calefacción

En Junkers Bosch, queremos que tu hogar sea más inteligente y eficiente. Nuestra gama de productos está diseñada para que tomes las riendas de tu consumo, dándote un control absoluto. Comienza a ahorrar con la tecnología más intuitiva: nuestros termostatos inteligentes y controladores no solo se pueden programar, sino que aprenden tus hábitos de consumo y se anticipan a tus necesidades, asegurando el confort ideal con el mínimo consumo. Y por supuesto, podrás gestionarlos de forma autónoma, estés donde estés.

Pero no nos quedamos en el control: nuestra gama incluye sistemas de calefacción innovadores. Desde bombas de calor de alta eficiencia que extraen energía del aire, calderas de condensación de última generación, hasta innovadoras soluciones híbridas que combinan lo mejor de dos mundos para garantizarte siempre el máximo ahorro y sostenibilidad.

Preguntas frecuentes sobre ahorro calefacción

¿Cuál es la forma más económica de calentar?

¿Cómo puedo reducir los costes de calefacción?

¿Qué sistema de calefacción es más económico para una obra nueva?

¿Cómo puedo mejorar la eficiencia de mi calefacción al modernizarla?

¿Cómo ahorrar en costes de calefacción con una caldera de gas?

¿Cómo calentar de manera eficiente con electricidad?

¿Qué es más eficiente, la calefacción por suelo radiante o los radiadores?

¿Cómo ahorrar en costes de calefacción con una calefacción por suelo radiante?

¿Es eficiente encender y apagar la calefacción para ahorrar?

¿Cuánto se puede ahorrar en costes de calefacción con aislamiento?

¿Cuánto se puede ahorrar anualmente con un sistema moderno a gas?

¿Qué nivel del termostato es recomendable para ahorrar energía?

¿Por qué no es recomendable ajustar la calefacción al nivel 5?

¿Cuándo es recomendable encender la calefacción?

¿Debo encender la calefacción en invierno?

¿Cómo calentar correctamente para evitar el moho?

¿Cómo ventilar y usar la calefacción correctamente?

¿Qué factores influyen en el confort de la calefacción?

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